Sr. Presidente,
Hoy, me yergo ante ustedes con orgullo porque Israel representa al unico Estado judío establecido en la antigua patrai del Pueblo judío, con Jerusalen, su corazón latiendo.
Somos una nación con profundas raíces en el pasado y brillantes esperanzas para el futuro. Somos un anación que valora el idealismo, pero actúa con pragmatismo. Israel es una nación que nunca duda en defenderse, pero que siempre extenderá su mano por la paz.
La paz es un valor central apra la sociedad israelí.
La Biblia nos dice:
“Busca la paz y persiguela”.
La paz llena nuestro arte y poesía. Es enseñada en nuestras escuelas. Ha sido el objetivo del pueblo israelí y de todo líder israelí desde que Israel fue re-establecido, hace 64 años atrás.
La Declaración de Independencia de Israel declara, “extendemos nuestra mano a todos los Estados vecinos y sus pueblos, en un oferta de paz y buena vecindad. Los llamamos a establecer lazos de cooperación y ayuda mutua…”
Esta semana se recordó el 35º aniversario de la histórica visita del Presidente Anwar Sadat a Jerusalén. En un discurso previo a esta visita, el Presidente Sadat se paró ante el parlamento egipcio en Cairo y declaró que iría “hasta los fines de la tierra” para hacer la paz con Israel.
El Primer Ministro de ese momento, Menachem Begin, le dio la bienvenida al Presidente Sadat a Israel, y allanó el camino a la paz.
Esta mañana, el Primer Ministro Netanyahu se paró en el Centro Menachem Begin y dijo lo siguiente acerca de la resolución que Uds. están por votar: “Israel está preparado para vivir en paz con un Estado palestino pero, para que la paz sea duradera, la seguridad de Israel debe ser protegida. Los palestinos deben reconocer al Estado judío y deben estar preparados para poner fin al conflicto de una vez y para siempre.
Ninguno de esos intereses vitales para la paz, aparecen en la resolución que será presentada ante la Asamblea General hoy y, por ello, Israel no puede aceptarla. El único camino para alcanzar la paz es a través de acuerdos alcanzados por las partes y no por resoluciones de Naciones Unidas que ignoran, por completo, la seguridad vital y los intereses nacionales de Israel. Y porque esta resolución es unilateral, no hace avanzar la paz sino que la hace retroceder.
En cuanto a los derechos del pueblo judío en esta tierra, tengo un mensaje para aquellos reunidos hoy en la Asamblea General; ninguna decisión de Naciones Unidas puede romper el lazo de 4000 años entre el Pueblo de Israel y la Tierra de Israel”.
Sr. Presidente,
El pueblo de Israel espera que un líder palestino desee seguir el camino del Presidente Sadat.
El mundo espera que el Presidente Abbas diga la verdad que la paz solo puede ser alcanzada a través de negociaciones, reconociendo a Israel como Estado judío.
El mundo espera que les diga que la paz debe considerar las necesidades de seguridad de Israel y el fin del conflicto, de una vez y para siempre.
En tanto el Presidente Abbas prefiera el simbolismo a la realidad, en tanto prefiera viajar a Nueva York para resoluciones de Naciones Unidas más que viajar a Jerusalén para un diálogo genuino, cualquier esperanza de paz estará fuera de alcance.
Sr. Presidente,
Israel siempre extendió , y extenderá, su mano a la paz. Cuando estuvimos frente a un líder que quería la paz, hicimos la paz. Ese fue el caso de Egipto. Ese fue el caso de Jordania.
Una y otra vez, buscamos la paz con los palestinos.
Una y otra vez, nos encontramos con el rechazo a nuestros ofrecimientos, la negación de nuestros derechos, y el terrorismo apuntando hacia nuestros ciudadanos.
El Presidente Abbas describió los actuales procedimientos como “históricos”. Pero lo único histórico sobre ese discurso es cuánto ignora la historia.
La verdad es que 65 años atrás, Naciones Unidas votó la partición del Mandato Británico en dos Estados: un Estado judío y un Estado árabe. Dos Estados para dos pueblos.
Israel aceptó este plan. Los palestinos y las naciones árabes alrededor nuestro la rechazaron y lanzaron una guerra de aniquilación para arrojar a “los judíos al mar”.
La verdad es que, desde 1948 hasta 1967, la Margen Occidental estuvo gobernada por Jordania, y Gaza por Egipto. Los Estados árabes no movieron un dedo para crear un Estado palestino. En su lugar, buscaron la destrucción de Israel, y se unieron a organizaciones terroristas palestinas recientemente formadas.
La verdad es que, en Camp David, en 2000, y nuevamente en Annapolis, en 2008, los líderes israelíes hicieron ofertas de largo alcance por la paz. Esos compromisos se toparon con el rechazo, la evasión e , incluso, el terrorismo.
La verdad es que para hacer avanzar la paz, en 2005 Israel desmanteló comunidades enteras y desarraigó, en la Franja de Gaza, a miles de personas de sus hogares. Y más que usar esta oportunidad para construir un futuro pacífico, los palestinos convirtieron a la Franja de Gaza en una base terrorista iraní, de la cual miles de cohetes son disparados hacia ciudades israelíes.
Tal como se nos recordó la semana pasada, la zona se convirtió en una plataforma de lanzamiento de cohetes hacia ciudades israelíes, y paraíso para el terrorismo global y un depósito de municiones para las armas iraníes.
Una y otra vez, el liderazgo palestino se rehusó aceptar la responsabilidad. Se excluyeron de tomar las duras decisiones para la paz.
Israel permanece comprometido con la paz, pero no estableceremos otra base terrorista iraní en el corazón de nuestro país.
Necesitamos una paz que garantice, para Israel, un futuro seguro.
Tres meses atrás, el Primer Ministro de Israel se puso de pie, en esta misma sala, y extendió su mano de paz al Presidente Abbas. Reiteró que su objetivo era crear una solución de dos-Estados para dos pueblos- donde un Estado desmilitarizado palestino reconozca a Israel como Estado judío.
Eso es correcto: dos Estados para dos pueblos.
De hecho, Presidente Abbas, no lo escuché usar la frase “dos Estados para dos pueblos” esta tarde.
De hecho, nunca lo escuché decir la frase “dos Estados para dos pueblos” porque el liderazgo palestino nunca reconoció que Israel es la nación Estado del pueblo judío. Nunca desearon aceptar lo que este mismo organismo reconoció hace 65 años: Israel es el Estado judío.
De hecho, hoy le solicitó al mundo reconocer un Estado palestino, pero aun rechaza reconocer el Estado judío.
No solo que no reconoce al Estado judío sino que, además, está tratando de borrar la historia judía . Este año, incluso, intentó borrar la conexión entre el Pueblo judío y Jerusalén. Dijo que los judíos intentaban alterar el carácter histórico de Jerusalén.
Dijo que estamos tratando de “judaizar Jerusalén”.
Presidente Abbas; la verdad es que Jerusalén tuvo un carácter judío mucho antes que la mayoría de las ciudades en el mundo tuvieran algún carácter!
Tres mil años atrás el Rey David gobernó desde Jerusalén y los judíos, desde entonces, vivieron en Jerusalén.
Presidente Abbas; en lugar de revisar la historia, es tiempo que comience a hacer historia haciendo la paz con Israel.
Sr. Presidente,
Esta resolución no hará avanzar la paz.
Esta resolución no cambiará la situación en el territorio; no modificará el hecho que la Autoridad Palestina no tenga control sobre Gaza. Ese es el 40 % de la población que reclama que los represente!
Presidente Abbas; usted, ni siquiera, puede visitar aproximadamente la mitad del territorio del Estado que reclama representar. Ese territorio está controlado por Hamas, una organización terrorista reconocida internacionalmente, que hace llover misiles sobre civiles de Israel. Este es el mismo Hamas que disparó, este mes, más de 1300 misiles hacia el corazón de las principales ciudades de Israel.
Esta resolución no conferirá categoría de Estado a la Autoridad Palestina que, con claridad, fracasa al reunir los criterios para ser un Estado.
Esta resolución no permitirá a la Autoridad Palestina unirse a tratados internacionales, organizaciones o conferencias como Estado.
Esta resolución no puede servir como un término de referencia aceptable para negociaciones de paz con Israel. Porque esta resolución nada dice sobre las necesidades de seguridad de Israel; no insta, a los palestinos, a reconocer a Israel como Estado judío. No exige un fin al conflicto y una terminación de todos los reclamos.
Permítanme decirles lo que esta reoslución produce.
Esta resolución viola un compromiso vinculante fundamental. Ese es un compromiso que muchos de los Estados aquí presentes fueron testigos. Era un compromiso por el que todos los temas destacados del proceso de paz podrían solo ser resueltos en negociaciones directas.
Esta resolución envía un mensaje que, la comunidad internacional, desea hacer la vista gorda a los acuerdos de paz. Para el pueblo de Israel, eso hace surgir un simple interrogante: ¿por qué continuar haciendo dolorosos sacrificios por la paz a cambio de trozos de papel que la otra parte no respetará? Eso hará que un acuerdo de paz negociado sea menos probable, ya que los palestinos continúan endureciendo sus posiciones y ubicando mayores obstáculos y precondiciones a las negociaciones de paz.
Y, desafortunadamente, hace surgir expectativas que no pueden cumplirse, que mostró siempre ser una receta para el conflicto y la inestabilidad.
Hay una sola ruta para el Estado palestino. Y esta ruta no pasa por esta cámara en Nueva York. Esa ruta pasa a través de negociaciones directas entre Jerusalén y Ramallah que llevarán a una paz segura y duradera entre israelíes y palestinos.
No hay atajos.
No hay soluciones rápidas.
No hay soluciones instantáneas.
Como dijo el Presidente Obama, en 2010, “la paz no puede ser impuesta desde afuera”.
El mensaje real de esta resolución, para el pueblo de Israel, es que la comunidad internacional hará la vista gorda a las violaciones de esos acuerdos por parte de los palestinos.
Sr. Presidente,
Al presentar esta resolución, el liderazgo palestino está haciendo, una vez más, la elección incorrecta.
Hace 65 años, los palestinos podrían haber elegido vivir, lado a lado, con el Estado judío de Israel.
65 años atrás podrían haber elegido aceptar la solución de dos Estados para dos pueblos. Lo rechazaron y ahora, otra vez, lo lo están impugnan.
La comunidad internacional no debería alentar este retroceso.
No debería alentar que el liderazgo palestino impulse, de manera imprudente, con ambos pies presionando, sin las manos al volante ni los ojos en la carretera.
En su lugar debería alentar a que los palestinos ingresen a negociaciones directas, sin precondiciones, a fin de alcanzar una histórica paz en la que un Estado palestino desmilitarizado reconozca al Estado judío.
Sr. Presidente,
Winston Churchill dijo, “la verdad es incontroversible. El pánico la puede resentir… la ignorancia la puede ridiculizar… la malicia la puede distorsionar… pero, allí está”.
La verdad es que Israel quiere la paz, y los palestinos están evitándola.
Aquellos que están apoyando la resolución hoy no están haciendo avanzar la paz. Están socavándola.
Naciones Unidas fue fundada para promover la causa de la paz. Hoy los palestinos están dando su espalda a la paz. No permitan que la historia registre que hoy Naciones Unidas los ayudó en su marcha de locura.
Gracias Sr. Presidente.