CONFERENCIA

Stephen Hawking debería viajar a Israel y a Gaza.

  •   Y esto es lo que debería decir
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    Hawking tendría una gran oportunidad para transmitir, desde su silla de ruedas,  su mensaje de educación y empoderamiento para los padres palestinos. Permitan que sus hijos prosperen y miren lo que pueden lograr.
     
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    Como médico teórico, Hawking vive en un mundo de experimentos mentales. De manera que aquí hay una para él: “Cuán diferente hubiera sido su vida si él….”
    Stephen Hawking se excluye de la conferencia académica israelí citando el boicot palestino
    El físico británico Stephen Hawking descartó  los planes de asistir, en junio,  a una importante conferencia internacional en Israel, citando su creencia que debería respetar el llamado palestino a boicotear los contactos con académicos israelíes.
    Este miercoles, la Universidad de Cambridge publicó una declaración  indicando que Hawking dijo, la semana pasada,   a los israelíes  que  no asistiría  “siguiendo la idea del Consejo de Académicos palestinos, de  respetar el boicot”.
    Representantes de la Universidad dijeron que, en principio,  “comprendieron” que la decisión de Hawking se basaba  en razones de salud-  71 años y con discapacidad severa- pero ahora se dijo, desde la oficina de Hawking,  otra cosa.
    El Movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel no hizo  nada para dañar la economía del Estado judío. Pero obtuvo unas pocas grandes victorias simbólicas. Esta semana anotó una de sus mayores: el renombrado Stephen Hawking se retiró de una prestigiosa conferencia, que se realizaría entre el 18 y el 20 de junio, auspiciada personalmente por el Presidente de Israel. Su carta del 3 de mayo a los organizadores decía: “Recibí una cantidad de emails de académicos palestinos. Insisten, con unanimidad,  en que debería respetar el boicot. En vista de ello debo retirarme de la conferencia. Si hubiera asistido, hubiera declarado mi opinión que, la política del presente gobierno israelí, es probable que lleve a un desastre”.
    Los partidarios de Israel están en pie de guerra.  Saben  que Israel fue tocada. Aun así, es importante colocar este gesto en el contexto: Hawking es solo una estrella de la lista A que se programó. Otros asistentes (que no boicotean) incluyen a Mikhail Gobachev, Tony Blair, Bill Clinton y el Príncipe Alberto de Mónaco.
    Repecto a Hawking, parece como un movimento de auto-derrota. Lo hará en breve una celebridad entre los activistas, pero le proyectará un controvertido brillo político sobre una reputación construida sobre su árbol genealógico como gran científico (a pesar que, de manera admitida, no es la primera vez que opina soabre los acontecimientos en el mundo. Una  década atrás, llamó a la invasión de Irak “crimen de guerra”). Más aun, los israelíes y judíos de la diáspora están fuertemente representados en el mundo de los físicos teóricos. Este movimiento le hará perder amigos y colaboradores en el crepúsculo de su vida y de su carrera.
    De manera que aquí hay una sugerencia para Hawking- que ofrecerá la presunción que  debería leer el consejo ofrecido a su persona por un escritor de opinión canadiense: “Ve a Israel. Asiste a la conferencia. Toma el podio. Díles tu bronca a los anfitriones.  Insiste en  que su actual política es errónea. Sé parte del debate. Muchos israelíes acordarán contigo (de hecho, yo acordaría contigo en muchas cosas). Y te tomarán  con más seriedad porque tuviste el coraje de hablar lo que pensas en suelo israelí- opuesto a solo convertirte en una vestión quantum-mecánica de Naomi Klein.
    Para Hawking, la  complicación adicional, como científico, es que muchos de los dispositivos científicos e innovaciones del mundo se basan, o fueron lanzados, por investigadores  israelíes. Eso incluye numerosos avances en el mundo de la ciencia médica, que Hawking – en especial -  debería estar inclinado a valorar.
    En verdad, siempre parece extraño cuando los científicos asestar un golpe a Israel a favor de sociedades árabes cuyas contribuciones con el mundo de la ciencia no se destacaron en los últimos siglos – como cuando grupos gay anti-Israel (como QuAIA aquí en Canadá) atraen la burla por repetir temas de conversación provistos por líderes homofóbicos militantes palestinos.
    Y entonces serguiré con mi consejo para  Hawking: Luego que  asista a la conferencia presidencial,  el mes próximo,  en Jerusalén- que lleva el título de “El Factor Humano en la Conformación del Mañana”- quisiera instarlo a viajar a Gaza y a la Margen Occidental, para promover otra causa que podría llegarle al corazón, y  sobre  la cual  puede hablar con autoridad: el tratamiento humano de personas con discapacidad.
    Como físico teórico, Hawking vive en un mundo de experimentos mentales. De manera que aquí hay uno para él: ¿Cuán diferente hubiera sido su vida si hubiera nacido en la sociedad palestina?  Hubiera  tenido que lidiar con la brutalidad, de ambas partes,  que acompañó al conflicto de Medio Oriente, desde la primera mitad del siglo XX. Pero además hubiera afrontado  algo más: la hostilidad de los palestinos hacia cualquier persona maldita con alguna clase de discapacidad, como la enfermedad neuronal motora ALS con la que Hawking está afectado.
    Hawking tendría una gran oportunidad para transmitir, desde su silla de ruedas,  su mensaje de educación y empoderamiento para los padres palestinos. Permitan que sus hijos prosperen y miren lo que pueden lograr. Aquí, por ejemplo, es cómo la caridad cristiana, pro-Tierra Santa, describe los desafíos que encara para proveer de apoyo a palestinos discapacitados: “En Palestina, desde Cisjordania hasta la Franja de Gaza, no hay apoyo para los niños con dificultades de aprendizaje, o para familias con niños discapacitados. En la mentalidad tradicional, la discapacidad es vista como una forma de castigo divino y trae vergüenza a la familia. Es, en especial, un problema para las mujeres, que luchan para casarse  no con quienes se les impone y son  arrojadas fuera de la sociedad. Muchas familias eligen aislar a los miembros discapacitados de la familia, no permitiéndoles salir de su casa”.
    Los territorios palestinos pueden ser peligrosos. Pero, con seguridad,  Hawking, luego de transmitir sus mordaces señalamientos en Jerusalén, sería bienvenido como un dignatario visitante. Entonces tendría la gran oportunidad para transmitir su mensaje de educación y empoderamiento a los padres de niños palestinos discapacitados, desde su silla de ruedas: permitan que sus hijos prosperen y miren lo que importante que pueden lograr. Si  lo elige, Hawking podría incluso citar ejemplos específicos- tal como el niños palestino de 3 años Mohammed al-Farra, amputado múltiple que vive con su abuelo en el hospital Tel Hashomer de Israel. “Sus padres lo abandonaron”, informó el The Washington Post. “La situación de Mohammed es un ejemplo extremo del duro trato que, algunas familias, propinan a los discapacitados, en especial  en los rincones más dominados por tribus de la Franja de Gaza…. Además, demuestra un costoso legado de la fuerte cultura patriarcal de Gaza que empuja a las mujeres a matrimonios con primos y permite la poligamia, mientras que hace a las madres impotentes sobre el destino de sus hijos… En medio del tratamiento de Mohammed, su madre lo abandonó porque su marido, avergonzado por su hijo, la amenazó con irse con otra mujer si no dejaba a su hijo y regresaba”.
    Ciertamente, Hawking no es extraño a la campaña por la dignidad de los discapacitados: en los años 1990, fue uno entre una decena de eminentes personas que firmaron la “Carta para el Tercer Milenio sobre Discapacidad”, que vela por los derechos de los 600 millones de dicapacitados en el mundo. Esta es una oportunidad para para avanzar en esta agenda.
    Si  lo deseara, Stephen Hawking tiene perfectamente el derecho de proseguir con su campaña para hacer de Israel un paria entre las naciones: pero, con seguridad, el gran científico no dudaría en acordar que, ningún niño de tres años sería un paria en su propia familia.
    El artículo fue escrito por Jonathan Kay, Director Editorial de Comentarios de National Post, y miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias en Washington, D.C.