Un grupo internacional de astrónomos liderados por la Universidad Tel Aviv de Israel han descubierto un nuevo modelo para detectar las primeras estrellas formadas en los inicios del universo.
Usando computadoras poderosas 3-D, han mostrado que debido a una diferencia en la velocidad del gas y la materia negra en las etapas tempranas del universo, las primeras estrellas se agruparon en una formación de “red cósmica”. El descubrimiento de estas estructuras en forma de telaraña ahora hace realizable para los astrónomos radiales detectar la ola de luz del hidrógeno emitido por las primeras estrellas cuando el universo tenía solo 200 millones de años, dijeron los expertos, que publicaron sus descubrimientos recientemente en la revista Nature (Naturaleza).
La formación de estrellas es parte de nuestra historia cósmica, dijo el profesor líder del equipo Rennan Barkana, un investigador del Colegio de Físicas y Astronomía de la Universidad de Tel Aviv. Los astrónomos saben que antes de que hubiese estrellas, el universo estaba lleno de un gas caliente uniforme. Pero hoy en día, hay un universo complejo de estrellas y galaxias. Una gran frontera desconocida es la era de la formación de las primeras estrellas, la cual marcó la transformación del universo en su estado actual.
La galaxia más lejana que puede ser detectada confiablemente es de una edad cósmica de cerca de 800 millones de años atrás, pero es difícil avanzar mucho más y detectar galaxias individuales. Ya que el universo estuvo lleno de átomos de hidrógeno en esas primeras etapas, el método más promisorio para observar la época de las primeras estrellas es usar una emisión de hidrógeno prominente en un largo de ola de 21cm (en correspondencia con las olas radiales). Hacer esta medición es difícil debido a las emisiones de primer plano de nuestra Vía Láctea y otras galaxias cercanas. Sin embargo, si la señal cósmica fluctúa es más fácil distinguirla de su emisión local, explicó Barkana.
Los científicos han descubierto recientemente que la materia negra y la materia ordinaria (gas) se movían a diferentes velocidades en el universo temprano. En los últimos dos años, los investigadores han estudiado los efectos de la diferencia de sus velocidades con modelos analíticos y simulaciones numéricas.