Lacalle Pou

Lacalle Pou luego de su viaje a Israel

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    ​El aprendizaje del Senador Luis Lacalle Pou en Israel
     
    “Israel tiene mucho para compartir con nosotros. Es el futuro”.
     
    (Ana Jerozolimski)
     
    PUBLICADO EN SEMANARIO HEBREO
     
    El Senador Luis Lacalle Pou (PN) acaba de visitar Israel, invitado por el Comité Judío Americano, como parte de una delegación en la que era el único uruguayo. Todo el resto, argentinos. 

    No podíamos dejar pasar la oportunidad de entrevistarlo y recabar su opinión tanto sobre esta su primera visita a Israel, como sobre política nacional. 
    La vez pasada que lo entrevistamos fue en el 2014, cuando se hallaba en plena interna en el Partido Nacional, como pre-candidato a la Presidencia de la República. También ahora se siente en continua campaña, aunque formalmente esta no ha comenzado y siente que desde la primera ha aprendido mucho. 
    Al igual que la vez anterior, sigue sintiéndose incómodo cuando le sacan fotos, pero cuando el pedido es salir a un balcón del hotel en el cual se hospedaba para sacarle algunas tomas con las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalem de fondo, acepta casi gustoso.
    Este es un resumen del diálogo con el Senador, a quien resulta imposible tratar de usted y llamarlo de otra forma que no sea por su nombre de pila. 
    En esta primera entrega, sus impresiones del viaje.
    En el próximo número, su visión de la situación nacional.
     
    P: Luis creo que es ineludible comenzar con una pregunta muy general sobre cómo resumís estos días en Israel, en tu primera visita. ¿Qué ha significado esto para vos?
    R: Te voy un poquito más para atrás. Es notorio que este año empieza la campaña electoral, calculo yo que cuando deje de rodar la pelota del mundial, pero los políticos nos empezamos a enfocar más en lo que va a ser el próximo proceso electoral el año que viene. Cuando uno extiende su vida política, sus aspiraciones y sus objetivos -nacionales, partidarios, sectoriales, personales- y los alinea, pretende tener determinados relacionamientos internacionales. Aquí hay una definición personal de hacer dos visitas en el correr de este año, obviamente antes de que empiece la campaña electoral: China, por razones obvias, e Israel, que pueden no ser tan obvias a priori pero para mí sí lo son...
     
    P: ¿En qué sentido?
    R: Mirá, esto tiene varios componentes. Está por supuesto el espiritual. Hoy cuando fui al Muro de los Lamentos lo confirmé, o cuando estuve mirando la vista general de Jerusalem y la guía nos decía dónde había pasado cada cosa, la energía que tiene este lugar. Encuentro de varias culturas. Y la gestación de dos de las religiones más importantes del mundo. Estamos hablando de la composición de la civilización judeo-cristiana. Parte de ese conocimiento y adhesión a la causa judía, obviamente es vía familiar; yo no me olvido nunca de que en el año 85 u 86 mi padre viajó a Bélgica y a Israel, y vino muy impresionado.
    Y ahí estaba el otro componente…
     
    P: Lo que va más allá de lo espiritual…
    R: Claro…lo que tiene que ver con el avance, con el sortear obstáculos, con la resiliencia del pueblo judío; me acuerdo de los cuento del riego a goteo en pleno desierto sobre los tomates. Después, la comunidad judía en Uruguay, que es muy importante, y las cosas que Israel tiene para compartir con nosotros; es el futuro. Ese libro que se llama Israel: a Start-Up Nation relata muy claramente lo que acá se ve y se hace. Hay un componente de muchísimas cosas que a mí me interesaban de sobremanera y tuve la fortuna de recibir esta invitación.
     
    P: Te viniste a la otra punta del mundo y aunque de antemano tenías interés, cuando llega el momento ¿cómo se aborda?
    R: Bueno, después empiezan las suspicacias: me van a llevar a la Tierra Prometida, a los lugares conflictivos y me van a mostrar algunas cosas, no me van a mostrar todo.
     
    P: Lo cual puede ser muy natural cuando te invita una determinada institución…te muestra lo que le interesa que conozcas.
    R: Pero acá hubo algo muy singular, porque me invita una institución judía pero me llevan a Ramallah. Allí tuvimos dos reuniones , con un doctor que maneja estadísticas, encuestas, toma la temperatura de la situación…
     
    P: Khalik Shkaki seguramente…
    R: Creo que sí… Y después estuvimos con la cancillería...
     
    P: El Canciller Riad el-Malki habla español.
    R: No fue con él, estuvo una asesora muy jovencita, muy preparada con un discurso muy armado y un tono muy coloquial y ameno, pero muy firme. Eso a mí me importaba, porque sin iba a tener una visión parcial de la situación de acá...
     
    P: Es interesante que aunque una institución judía te invitó a Israel, un país en conflicto, se preocupó por mostrarte también el otro lado. Sé que siempre lo hacen así, pero no deja de ameritar ser destacado en mi opinión.
    R: La verdad que es la ratificación de la credibilidad de todo lo que escuché anteriormente, los checks and balances, como dicen los gringos. Se lo destaqué a quienes lo organizaron.
     
    P: Aunque en pocos días no se puede digerir el país ni entenderlo todo ¿te animás a resumir qué impresión te llevás respecto a las perspectivas de paz?
    R: En los dos pueblos vi distintos estados de ánimo. Vi más pesimismo en los políticos respecto a la solución del conflicto, que en la sociedad civil.
    Claro que no pretendo no digerir ni sacar conclusiones sobre lo que vi. Es una primera impresión general. Pero algo que me significó mucho fue que en medio de todo eso, hay cosas que te encienden, como Muhamad Darawshe, que trabaja en una institución israelí en pro del diálogo.
     
    P: Lo conozco, es muy bueno lo que hacen allí, Guivat Haviva. Judíos y árabes apostando al mutuo conocimiento y el buen diálogo.
    R: Esas son las cosas que te encienden: hay luz, es más tenue o un poco más brillante, pero la convivencia sobretodo de gente joven y la interacción de la gente joven, de judíos y árabes, es una gran cosa.
     
    P: Y no son cosas que se capten tanto en los titulares de la prensa.
    R: Bueno, mi madre me enseñó que es más importante cuando un hombre muerde a un perro, que cuando un perro muerde a un hombre. Lamentablemente es así y acá lo ves.
     
    P: Yo siempre hago hincapié en destacar ese tipo de cosas, no porque me pueda olvidar de las cosas que están mal, sino porque siento que hay que contar sobre las muchas luces que brillan.
    R: Porque reflejás la realidad. El tema es que cuando volcás la balanza... Hoy en nuestro grupo estaba una de las personas más importantes del Grupo Clarín, Jorge Rendo, y cuando veníamos hablando dice "tené cuidado -le decía un periodista a otro- que la verdad no te arruine una buena noticia".
     
    P: Genial…
    R: Te diré que lo de Mohammed fue revelador para empezar viendo que hay esperanza, y por más chica que sea, si un pueblo no tiene esperanza no hay paz. Todas esas sensaciones empiezan en el entorno de cada uno, porque al fin y al cabo la sociedad la componen los individuos.
    ¿Qué es lo mágico de este lugar, que al mismo tiempo termina complejizando la solución medianamente duradera? Es que hay tantos grupos, tantos cruzamientos de orígenes y de religiones, y de tribus, distintas facciones en Palestina, que es muy difícil que se alinien todos los astros. Obviamente, todavía no les sumamos la acción terrorista, que eso es un determinante vital en las relaciones.
     
    CURANDO AL ENEMIGO
     
    P: La agenda no se dedicó solamente al tema del conflicto con los palestinos, sino que se miró a Israel hacia adentro, y se explicó también sobre otros frentes, como ser el norte.
    R: Así es. Y ahí está justamente otra cosa que me llamó la atención, algo lindo, como lo que viví en el Hospital de Safed, a 11 kilómetros de Líbano.
     
    P : Estuvieron con los heridos sirios…
    R: Así es. Nos atendió uno de los médicos que trabaja allí, argentino israelí, Alejandro Roisentul, que es Jefe de la Unidad de Cirugía Maxilofacial donde han sido tratados numerosos pacientes Sirios...Al final de su exposición dijo , visiblemente emocionado, una frase que creo que estoy citando casi con exactitud: hoy toqué la sangre de mis enemigos, no para matarlos sino para curarlos.
     
    P: Muy fuerte…
    R: Esa frase me la llevo, cuando la dijo me shockeó. Después nos dijo que fuéramos a ver a los pacientes sirios y yo tuve un momento de decir que no quería entrar, porque los hombres estn ahí, están heridos y sentí que no correspondía. Pero finalmente entré y hablé bastante con ellos. Les hice algunas preguntas que para mí son importantes porque me parecía muy interesante saber qué significa para ellos que un judío les salve la vida, sabiendo que sean combatientes o no, por su idiosincrasia están enfrentados al pueblo judío. Otra pregunta fue quién los había traído, porque ellos tenían la opción de que los cure alguien del otro lado, aunque claro que con una medicina netamente inferior y sin las herramientas suficientes.
     
    P: ¿Cuál era la historia de los heridos con los que hablaron?
    R: Hablamos con dos. Había un veterano al que le faltaban las dos piernas y otro más joven que había recibido tiros en la rodilla pero no había perdido miembros. El veterano no era combatiente. Tenían bien claro que los estaba curando quien antes veían como su enemigo. 
    Así que también aquí, con el caso de los heridos sirios atendidos en Israel, te diré que vi una sociedad civil haciendo un gran esfuerzo.
     
    ENTENDIENDO DE CERCA
    P: Habiendo visto y oído todo lo que esta semana se les hizo posible, ¿dirías que lo que suele verse en los medios no refleja comprensión a fondo de la situación?
    R: Cuando hay terror, destrucción, negación de un pueblo y un Estado, ya esa sola enunciación de esos elementos da la real dimensión de la gravedad que tiene el tema. Creo que hay un relato, el israelí, que no está siendo escuchado y hay otro en América Latina que ha ganado adeptos, no sólo por acción de unas partes, sino por omisión de la otra parte.
     
    P: Desde el lugar mismo, tras todos los encuentros que tuvieron ¿se entiende mejor la problemática de los límites que se pone Israel en cuanto a eventuales concesiones en un proceso negociador?
    R: No soy quién para decirlo. Sí sé, intuyo, que la necesidad de paz es superlativa, es importantísima en el estado de ánimo de los israelíes, del pueblo judío, y que es la única manera de tener progreso, en el sentido no económico, en el sentido humano.
     
    P: De fondo hay aquí desde siempre una relación cercana entre Israel y Uruguay, aunque no haya significado siempre concordancia plena en todo. Uno de los temas en los que se discrepó, también recientemente, fue Jerusalem. Estando acá, ¿sentiste claramente que esta es la capital de Israel, en la práctica, en la vida diaria, o sea más allá de la definición formal?
    R: Acabas de hacer la pregunta como a mí me hubiera gustado que me la hagas. Yo creo que Uruguay siempre ha tenido una línea histórica con respecto a Israel, ha tenido alguna variación en estos años, por suerte menor. Una cosa es una acción del gobierno uruguayo y otra cosa es la capital de Israel. ¿Dónde están las autoridades, dónde está el Parlamento? Así funciona. Negarlo es negar la realidad, ahora la conveniencia o no, la oportunidad o no de una acción diplomática al respecto no sólo hay que verlo como una aceptación explícita de que la capital es Jersualem, sino también hay que ver las consecuencias en el ámbito internacional; sobretodo cuando se participa en estrados internacionales como las Naciones Unidas.
     
    DESARROLLO
    P: Como sabemos, Israel es un mosaico muy variado. Vieron la historia y el más alto desarrollo. Tuvieron la posibilidad de ver también el Israel de avanzada, de los start-ups, de la tecnología…
    R: Afortunadamente sí. Acá abajo hay un conserje argentino, Jaime,y me preguntó qué me había parecido. Le dije que al salir de la Ciudad Vieja de Jerusalem, caminando tres cuadras hasta este hotel, sentí que había caminado 500 años. Y otro tanto, claro, de Jerusalem a Tel Aviv.
     
    P: Vas cambiando de mundos dentro de un mismo espacio.
    R: Exacto. Y te diré que quizás por lo que uno ve en la noticia, yo todo el tiempo tenía presente que estoy en un territorio que en cualquier momento puede ser víctima de una atentado. Me da la sensación de que la gente que vive acá lo tiene incorporado, vive con eso, pero en el inconsciente.
     
    P: En la diaria seguís empujando para adelante...
    R: Sin duda, eso lo ves. Respecto a lo que me preguntabas de la alta tecnología, te cuento que visitamos por ejemplo un masschallenge, un starter donde te dabas cuenta la dedicación de la gente. El hombre nos contó todo lo que hacían, acelerador de empresas, muy interesante. Cuando nos despedimos, le doy mi tarjeta personal, que tiene lenguaje braile. El tipo me mira a los ojos, se fue para adentro y cuando me estaba yendo vuelve con una persona y me grita: "¡Luis!" y me trae a un chico que está diseñando unos lentes especiales para personas con déficit visual. Antes nos había dicho que estaba allí porque tiene el sueño de cambiar el mundo, y en eso me sentí bastante identificado.
    Así que allí nos llevaron al Israel de punta. Y hay sin duda mucho más de lo que nosotros alcanzamos a ver.
     
    APROVECHAR LA EXPERIENCIA ISRAELÍ EN URUGUAY
    P: Me imagino que mucho de lo que viste en el plano de desarrollo de avanzada, de tecnología, te hizo pensar en Uruguay.
    R: Por supuesto. Cuando uno ve las estadísticas de lo que exporta Israel, dónde es que se fabrican las cosas y cuáles son las empresas de tecnología que se han venido a instalar en Jerusalén y Tel Aviv te das cuenta de que hay una potencia del mundo nuevo que Uruguay necesariamente debe seguir ese rumbo. Uruguay no va a dejar nunca de ser productor de actividades primarias en su generación económico, pero le debe agregar necesariamente I+D, Uruguay debería ser el país boutique. El país boutique es una extraña pero linda mezcla entre medioambiente, ecosistema e innovación y desarrollo.
     
    P: Cuando estuvo tu papá hace pocos meses, con la delegación de Premios Jerusalem, él me decía que se lleva de Israel ideas para compartir contigo, con tu equipo, que serían buenas para Uruguay.¿Qué es lo que vos viste en Israel que quisieras aplicar en Uruguay?
    R: Notoriamente el uso del agua y su reutilización. En Uruguay no nos preocupamos porque hacés un agujero y sale agua, porque tenés agua en todos lados, pero estamos sufriendo la calidad del agua. La gente ya no toma agua de la canilla como nos criamos tú y yo, la venta en agua embotellada ha crecido enormemente. El estado del agua en los distintos lugares, ya sean ciudades o en lugares del interior cercanos a producciones, tienen un estado que no es el óptimo. Nosotros que tenemos esa bendición no deberíamos esperar a tener el faltante para preocuparnos.
    Es muy importante tener una política de reuso del agua, de saneamiento...
     
    P: En Israel se purifica el agua residual para uso agrícola y por otro lado, la enorme mayoría del agua para beber, es desalinizada.
    R: Claro…Es clave tanto el sistema de riego como reutilización del agua, y por qué no un proceso de desalinización. Israel es primero en el mundo en eso, no lo podemos desaprovechar. También está el tema de la tecnología, que no es un bien que no tenés que poner arriba de un barco ni un avión...
     
    P: Además Uruguay se destaca precisamente por el nivel de la gente, ahí están los recursos humanos.
    R: Por eso yo jorobo y digo que la globalización la inventó un uruguayo. El salto cualitativo que puede tener Uruguay con la globalización es impresionante, y los que han tenido la chance de agregarle I+D a todo lo que generen, más todavía. Uruguay ha tenido starters que han sido exitosos en el mundo; está lleno de chiquilines que han triunfado en el mundo. Me parece que ahí hay un complemento muy importante con Israel.
     
    P: ¿Y no sentís que aunque te vas con entusiasmo y con ideas que te gustaría aplicar, tenés el limitante de no estar en el gobierno? Claro que también desde la oposición podés presentar buenos proyectos de ley, pero tenés otro margen de acción.
    R: Te diría que es una combinación de las dos cosas. Uno puede ser egoísta y decir "qué bueno sería" y si a mí me toca yo lo voy a hacer. También tenés que ser consciente de cuáles son tus herramientas y cuál es tu posición institucional. Pero te diré que yo no veo un gobierno proactivo; lo he dicho lamentablemente hace un año. Veo un gobierno terminando cuando todavía le falta mucho tiempo. No hay un gobierno proactivo, que no creo que genere cambios positivos en el país: puede remendar, poner algún parche, pero no lo veo con ganas de pegar un salto cualitativo, de crecer, de mejorar, de desarrollar, de aprovechar el tiempo, que es el elemento más importante, que no vuelve y que tenemos que cuidar y ofrecerlo a la gente que más necesita. 
    Menciono esto porque si tú me decís "¿qué llevarías ahora al seno del gobierno de todo lo que viste acá?". Bueno, podemos llevar ideas como siempre, ahora que lo apliquen a gran escala o aprovechándolo al 100%, no lo veo.
     
    P: Este comentario tuyo ya nos lleva a la segunda parte de la entrevista, sobre política nacional. Nos queda para nuestro próximo número. Resumiendo la parte “israelí”, entiendo que te vas Luis con un buen resumen.
    R: Me voy cansado pero muy satisfecho en todos los aspectos: políticos, personales, por el aprendizaje.