http://www.excelsior.com.mx/rodica-radian-gordon/2013/07/11/908330
por la Embajadora
Rodica Radian Gordon
publicado el
11/07/13 en el Periódico Excélsior
Más allá delenfrentamiento entre las fuerzas
laicas, respaldadas por el ejército egipcio y los seguidores del ex Presidente
Morsi durante la última semana, los acontecimientos en Egipto también alimentan
el debate sobrela democracia y la gobernanza bajo un régimen como el de la
Hermandad Musulmana. Dejando de lado la cuestión si los cambios actuales
reflejan la voluntad de la mayoría, permanece otra interrogante: ¿Queda
legitimado el principio de la Hermandad, de establecer un régimen democrático
según los valores de la Ley Musulmana y al mismo tiempo adoptar un orden democrático que permita elecciones
libres y soberanas, al tiempo que no acepte los valores liberales que
contradigan dicha Ley? Esta cuestión es también relevante en otros casos como
el de Túnez.
Las relaciones entre el Estado y la
religión en regímenes democráticos y en los que no lo son siguen captando la
atención del pensamiento público no solamente como secuela de la así llamada
primavera árabe, sino también a la luz de
los procesos de cambio político en otros regímenes. Así lo ejemplifica
la discusión reciente dentro de la Unión Europea en torno al lugar de los
símbolos religiosos, en este caso cristianos, en la esfera Comunitaria. Este
debate ha sido muy nutrido por la intención de Eslovaquia de conmemorar los
1150 años del cristianismo con unas monedas conmemorativas del Euro,
representadas con los anunciantes del cristianismo en Bizancio. El argumento en
contra de esta intención fue, que a la luz de los valores del multiculturalismo
no se puede dar preferencia a una religión por sobre las otras. Aunque dicho
debate concluyo al ser aceptadas las monedas en su forma original, el tema de
la pluralidad religiosa en sociedades donde hay grandes minorías religiosas y/o
étnicas sigue estando vigente.
Desde la óptica de las relaciones entre
religión, Estado y multiculturalismo, la condición israelí también merece
atención. Israel es un Estado Judío – democrático. En este contexto es muy
interesante subrayar el pensamiento desarrollado por la Profesora Ruth Gavizon,
merecedora del Premio Israel (2011) en investigación del Derecho, quien en su
prolífica obra analiza sistemáticamente la manera en que Israel cumple con
estas dos definiciones al mismo tiempo- judío y democrático. Gavizon puntualiza
el hecho de que el Pueblo Judío está definido por su nacionalidad (judía) y su
religión (judía). El carácter judío del Estado surge de su establecimiento como
el Estado Nación del pueblo judío, además de que la gran mayoría de sus
ciudadanos son judíos. Dicho carácter está reflejado, entre otros, en el idioma
(hebreo), en los símbolos estatales y en el himno nacional. Por otro lado,
Israel de ninguna forma es una teocracia: su régimen es democrático, el Estado
tiene las mismas responsabilidades frente a todos sus ciudadanos y respeta sus
derechos en las diferentes esferas. Es cierto, dice Gavizon, que la democracia
israelí no es perfecta; pero tampoco lo son otras democracias más antiguas.
Además, a pesar de que la democracia israelí parece ser más formal que liberal
en diferentes sentidos, Gavizon argumenta que puede ser que en sociedades
multiculturales, con minorías étnicas o religiosas importantes, ésta sea la
manera más incluyente para todos los ciudadanos.
En resumen, parecería ser que a la luz de
los cambios políticos que se están dando en muchos países y ámbitos mundiales,
el debate sobre las relaciones del
Estado con sus ciudadanos, en términos de religión y cultura mayoritaria vis-à-vis los derechos de las minorías, seguirá siendo
un importante foco de atención.