Su nombre ha sido identificado con el desarrollo urbano de Tel Aviv, así como con cientos de proyectos en otras ciudades.
Hace una semana falleció el arquitecto Abraham Yaski —nacido en 1927—, quien perteneció a la “primera generación” de los arquitectos constructores de Israel. Su nombre ha sido identificado con el desarrollo urbano de Tel Aviv, así como con cientos de proyectos en otras ciudades. Ganador del Premio Israel 1982 (el premio máximo del país), profesor de arquitectura en el Technion y fundador de la Escuela de Arquitectura en la Universidad de Tel Aviv, Yaski personificó la biografía arquitectónica israelí.
Yaski fue uno de los representantes prominentes de la corriente hegemónica en la arquitectura, con una gran influencia sobre el paisaje urbano israelí desde los años 1950 y hasta 2007. Sus obras públicas, así como aquellas para empresas y para personas privadas, conocidas como “arquitectura concreta”, mundana e impersonal (al contrario a la “metafórica”), han sido caracterizadas por la alta calidad y la atención dedicada a los detalles, aun los menores.
En las décadas de 1950-1970 Yaski trabajó bajo el estilo modernista brutalista, utilizando el hormigón, en conformidad con el clima israelí y la escasez de materiales naturales de construcción. Así, en 1952, a los 25 años de edad, realizó (junto con el arquitecto Povsner) su primer proyecto importante: este fue la Plaza Malquei Israel —hoy día la Plaza Itzhak Rabin— en el centro de Tel Aviv; el edificio de la alcaldía, ubicado en la Plaza, es de hormigón gris. Otros proyectos incluyeron bloques de departamentos y barrios en diferentes ciudades, al lado de edificios públicos como la icónica biblioteca de la Universidad Hebrea de Jerusalén o la Universidad de Beer Sheva, hospitales y escuelas. En los 70 fue uno de los pioneros en construir rascacielos que transformaron la línea horizontal de Tel Aviv. Con el paso del tiempo cambió los materiales a vidrio, los rascacielos icónicos del centro comercial Azrieli (Tel Aviv, 1990) siendo un ejemplo típico de ello.
Yaski, uno de los más prolíficos arquitectos israelíes, así como los proyectos realizados con sus socios y en su empresa, fueron tanto actores activos en la construcción de las ciudades como un espejo de la sociedad en transformación. El cambio de materiales que fue del hormigón a la elegancia del vidrio, así como de estilos —del modernismo con sus líneas muy simples al posmodernismo; de bloques de departamentos a torres de departamentos; refleja también los cambios en la sociedad a lo largo del tiempo: de una sociedad modesta que se contentaba con poco, a los corporativos globalizados y a la sociedad de consumo de los centros comerciales. Yaski tuvo respeto hacia estos últimos, aceptando el desarrollo social y tratándolos como la versión actual del “mercado”. Su muerte convoca a la reflexión en torno a la profunda influencia que tiene la arquitectura en la vida de cada uno de nosotros y al significado material y simbólico de los espacios urbanos.