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"Y a pesar de todo…la vitalidad de

  •   de la sociedad israelí"
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    http://www.excelsior.com.mx/opinion/rodica-radian-gordon

    publicado en el Periódico Excélsior el 28/02/13

    En algunas ocasiones en esta columna he escrito acerca del mosaico que conforma la sociedad israelí, su diversidad, su subsistencia y su vitalidad. En efecto, esta sociedad está compuesta por varios grupos que poseen diferentes ideologías y credos y distintos niveles socio económicos, al tiempo que integra en su seno inmigrantes de diferentes confines del mundo con los nacidos en el lugar.

    Una de sus características más sobresalientes es, por tanto, el debate  que se lleva a cabo en varios escenarios: la Knesset (Parlamento Israelí), la prensa, las redes sociales  y hasta la Suprema Corte de Israel - institución clave en el establecimiento de normas en el campo de los derechos humanos y la ciudadanía. Tan sólo para ejemplificar algunos de los temas que nutren el debate público en los últimos años, mencionaría una gama que incluye tanto asuntos económicos como el recorte presupuestal y la vivienda accesible al igual que la equidad de deberes y derechos para lograr una mejor participación ciudadana en el ejército y en el mercado laboral. Destacan, a su vez, temas de equidad de género, incluso problemas como el hostigamiento sexual y los feminicidios; los derechos de las minorías con diferentes preferencias sexuales; trabajadores migrantes y refugiados políticos y, de manera más genérica, el carácter de Israel como Estado Judío Democrático y las relaciones israelís-palestinas .

    La diversidad arriba mencionada se reflejó en los resultados de las últimas elecciones de hace un mes.  En la Knesset actual hay 12 partidos que representan opiniones que van desde la izquierda radical hasta la derecha; desde una agenda laica y liberal  hasta  una agenda ultra ortodoxa; desde partidos que promueven la idea del desmantelamiento de los asentamientos en el marco de un posible acuerdo de paz hasta representantes de los colonos. La ilustración más viva de este debate político se muestra estas últimas semanas a través de dos documentales  nominados al Oscar (The Gate-Keepers y Five Broken Cameras, que no fueron premiados). Ambos documentales fueron apoyados, entre otros, con fondos del gobierno israelí, aunque especialmente  el segundo  representa una  realidad israelí-palestina que ha provocado gran  controversia dentro de  la opinión pública.

    La conversación pública y la polémica política tan ardiente parece normal, teniendo en cuenta los acontecimientos de este “rudo barrio” que es el Medio Oriente y la larga duración del conflicto israelí-palestino. Pero la normalidad y vitalidad de la sociedad israelí  se  ve, en mi opinión, en el hecho de que en el marco de una agenda nacional extremadamente cargada y difícil, surgen temas de la vida de sus hombres y mujeres que preocupan a toda sociedad abierta y plural. Vale la pena prestar atención a la mini revolución cívica que acontece en Israel alrededor del tema de las minorías con diferentes preferencias sexuales. En los últimos años, especialmente en la zona metropolitana de Tel-Aviv, se observan no solamente a parejas sino a familias encabezadas por padres del mismo sexo. El sistema legal se encuentra estos días debatiendo las posibilidades legales de adopción de niños de “madres sustitutas” ya que muchas parejas del mismo sexo están interesadas en formar familias. La noción de nuevas formas de familia ya está desarrollada por medio de ONG´s dedicadas  a  formalizar acuerdos que permitan  una flexibilidad sin precedentes  en las estructuras familiares.

     
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