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publicado el 21/03/2013
en la Columna Ideas Mediterráneas del Periódico Excélsior
El pasado
lunes el Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, presentó su tercer gobierno
frente a la Knesset (el Parlamento) obteniendo su aprobación. De este modo, quien encabeza el nuevo
gobierno ha utilizado los 42 días que le
otorga la ley israelí para negociar y construir las alianzas necesarias para
formar un gobierno estable. Su coalición está compuesta por Ha'Likud-Beiteinu
(encabezado por él, que ganó 31 escaños), Yesh Atid ("Hay
Futuro", encabezado por Yair Lapid, 19 escaños), Habait Ha'Yehudi
("Casa Judía", encabezada por Naftali Bennet, 12 escaños) y Ha'Tnuá
("El Movimiento", encabezado por Tzipi Livni, 6 escaños). Esta
promete ser estable, ya que el mínimo necesario para una mayoría parlamentaria
es de 61 escaños.
El
prolongado proceso de negociación para su conformación, que se extendió durante
el último mes y medio, comprueban el gran esfuerzo hecho por todos los actores
de alcanzar los balances y equilibrios necesarios entre las diferentes
prioridades de cada partido de la coalición. De los 22 ministros, 9 son
"rostros nuevos" en la política israelí, reflejando las
transformaciones de la propia sociedad israelí así como sus expectativas del
ordenamiento político y de los partidos políticos. Hay que destacar que después de más de una
década en la cual los partidos ultra ortodoxos formaron parte integral de los
gobiernos encabezados por líderes del Likud, la presente coalición
incluye solamente un partido religioso no ortodoxo (Habayt Ha'Yehudi).
Al presentar
su gobierno, el Premier Netanyahu enfatizó los grandes retos en el ámbito
externo – dado los acontecimientos en el Medio Oriente y la amenaza iraní – así
como en el ámbito interno, en las dimensiones económica y social. Benjamín
Netanyahu declaró la voluntad del nuevo gobierno de negociar con los palestinos
para llegar a un acuerdo final que ponga fin
a las animosidades entre las partes
En el ámbito interno, se destaca la prioridad que el nuevo gobierno adscribe
al posible cambio del statu quo entre la población laica y la ultra
ortodoxa, para lograr una mejor participación ciudadana de esta última en el
ejército y en el mercado laboral. Dicho cambio parece factible ya que los
partidos ultra ortodoxos quedaron en la oposición.
Otra
prioridad del gobierno es cambiar el modelo de gobernanza por ley, para
garantizar su eficacia. Así, se prevé
que los gobiernos futuros tendrán
hasta 18 ministros y hasta 4 viceministros. Además, el gobierno se
comprometió a manejar políticas que lleven a incrementar las posibilidades de
la clase media de alcanzar conseguir viviendas accesibles. Al mismo tiempo, el
nuevo gobierno, y sobre todo el Ministro de Hacienda, Yair Lapid, tendrá que enfrentarse con el gran déficit fiscal, que
implica la necesidad de formular políticas y medidas severas para disminuirlo.
El tercer gobierno de Netanyahu refleja un nuevo balance de poder dentro
la política, al igual que la aspiración de la mayoría de los israelíes a
mejorar su calidad de vida. En cuanto a la agenda
de asuntos exteriores, ésta no dependerá solamente de las decisiones tomadas
dentro del Gabinete de Seguridad Nacional (compuesto por el Primer Ministro, el
Ministro de Defensa, el Ministro de
Hacienda, el Ministro de Economía
y Comercio, la Ministra de Justicia, el Ministro de Seguridad Pública y el
Ministro de Protección Civil); sino también, y de manera fundamental, de los escenarios nacionales cambiantes y de las alianzas móviles en el Medio Oriente