SOPRANO ISRAELI EN NOCHE DE OPERA

SÓPRANO ISRAELI EN NOCHE DE ÓPERA

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    La Orquesta Sinfónica Nacional del Perú estrenará la composición de Bela Bartók ‘El castillo de Barbazul’ en el Perú, la cual contará con la participación de la soprano israelí Rinat Shaham.
    Director: Fernando Valcárcel (Perú)
    Solistas: Rinat Shaham, soprano (Israel), Hernán Iturralde, Bajo-barítono (Argentina)
    PROGRAMA
    Claude Debussy / L'isle joyeuse ESTRENO EN PERÚ de la transcripción para orquesta
    Bela Bartok / El castillo de Barbazul (ópera en un acto; versión de concierto) ESTRENO EN PERÚ
    INFORMES SOBRE PRECIO DE ENTRADAS:

    SOBRE LA SOPRANO ISRAELÍ RINAT SHAHAMRINAT SHAHAM
    La mezzo-soprano israelí Rinat Shaham nació en Haifa y completó sus estudios musicales en los Estados Unidos en el Curtis Institute of Music. Mientras todavía estaba en la escuela, Shaham fue invitada a hacer su debut en la ópera profesional como Zerlina con la Compañía de Ópera de Filadelfia, el mismo papel que interpretó para su debut en Nueva York y Pittsburgh. Ha recibido elogios por sus actuaciones de ópera y conciertos en los teatros más prestigiosos del mundo. Es reconocida internacionalmente como una de las mejores intérpretes de “Carmen” de Bizet, cuyo papel interpretó por primera vez en el Festival Glyndebourne 2004. Ha colaborado con algunos de los directores más eminentes de la actualidad, incluidos Simon Rattle, Daniel Barenboim, Andre Previn, Christoph Eschenbach, Teodor Currentzis, William Christie, David Robertson y muchos otros.  Esta temporada nos presenta su debut interpretando a Judith en el Castillo de Barba Azul (Bartók).
     
     
     
    EL CASTILLO DE BARBAZUL (Bela Bartok)
    Ópera de un solo acto, solo hay dos personajes que cantan en escena: Barbazul y su nueva esposa Judit; los dos acaban de fugarse y Judit llega al castillo de Barbazul por primera vez. Judith pide y obtiene de su amado las llaves de siete puertas misteriosas, y las abre una por una. Detrás de la primera hay una cámara de tortura: son los tormentos del propio Barbazul los que están encerrados allí. Detrás de la segunda puerta hay un depósito de armas, las del hombre en la lucha cotidiana por la vida. A continuación, se pone al descubierto un tesoro, pero todas las joyas están manchadas de sangre: el hombre no puede lograr nada en este mundo sin hacer daño. Luego Judith ve un magnífico jardín detrás de la cuarta puerta; pero cuando mira más de cerca, la tierra, de la que brotan los árboles y las flores, está impregnada de sangre. La quinta puerta muestra un amplio paisaje; surge de él un torrente de luz cegadora, pero una nube que se extiende sobre él parece arrojar sombras tenebrosas, teñidas de sangre. Detrás de la sexta puerta hay un lago de plata: son las lágrimas, los dolores secretos de una vida. Barbazul entrega las llaves a Judith, que lo apremia, con una vacilación creciente; desea abrazarla y por medio de su amor escapar de su pasado. Sin embargo, Judith, a causa de su inclinación por este hombre extraño (que en realidad es el arquetipo del hombre), y tal vez por el eterno deseo femenino de redimirlo, le pide también la última llave. Y de esta manera descubre en el séptimo aposento a las mujeres anteriores de Barbazul: las amantes de su mañana, de su mediodía y de su tarde. Mientras Barbazul le pone el manto de estrellas y la diadema de la noche, Judith se sitúa en la fila de sus predecesoras y Barbazul se queda solo, a oscuras.