Los terroristas penetraron en varios asentamientos del sur y comenzaron una ola de asesinatos, masacrando a personas y familias enteras en sus hogares, en las calles y ante una música que se celebraba en la zona. Los terroristas arrasaron toda la región durante muchas horas, tiempo durante el cual cometieron atrocidades en una escala que no se había visto desde los acontecimientos de la masacre de ISIS en Sinjar en 2014.

Las pruebas encontradas sobre el terreno, la documentación captada por las cámaras de los propios terroristas y de seguridad, los supervivientes y otras fuentes, así como los testimonios de los supervivientes, documentan una historia horrenda de atacantes desprovistos de cualquier ápice de humanidad. Se masacró a familias en sus camas, se violaron brutalmente a mujeres y se mutiló, mató y, en algunos casos, decapitó a civiles inocentes. Además, quemaron vivos a civiles, masacraron a bebés y cientos de hombres y mujeres fueron asesinados a tiros brutalmente mientras simplemente bailaban en un festival de música. A su regreso a la Franja de Gaza, los terroristas secuestraron a todas las personas con las que se topaban, especialmente a familias, mujeres y niños.

Más de doscientos ciudadanos israelíes fueron secuestrados y muchos de ellos siguen retenidos por Hamás en la Franja de Gaza, incluidos niños pequeños, mujeres y ancianos. Muchos de los secuestrados resultaron heridos por terroristas de Hamás, muchos de ellos necesitan tratamiento médico y medicación, y se desconoce el estado de muchos de los secuestrados. Se trata de una grave crisis humanitaria y una violación muy fundamental del derecho internacional, e Israel espera que la comunidad internacional actúe por todos los medios posibles para proteger los derechos de los secuestrados, garantizar un tratamiento médico adecuado y proporcionar ayuda humanitaria a los secuestrados y a sus familias.

Constantemente se disparan misiles antitanques y granadas de mortero desde territorio libanés contra centros civiles y posiciones de las FDI en la frontera libanesa, mientras que en varias ocasiones terroristas, bajo los auspicios de Hezbolá, intentaron infiltrarse en Israel.

Las fuerzas de seguridad de Israel están decididas a proteger a los ciudadanos de Israel en todos los frentes. Las FDI protegerán a los residentes del Estado de Israel; la organización terrorista Hamas y todos los terroristas involucrados en dañar a los ciudadanos de Israel pagarán un precio muy alto.

El desplazamiento de decenas de miles de israelíes de sus hogares en las comunidades alrededor de la Franja de Gaza tras el ataque terrorista que destruyó sus hogares y el continuo lanzamiento de cohetes, y de las comunidades fronterizas del norte tras los continuos ataques de Hezbolá contra las aldeas fronterizas. , está planteando un desafío importante para Israel. Este desplazamiento ha intensificado la difícil situación en la que se encuentran los supervivientes de la masacre de Hamás en las aldeas y ciudades que rodean la Franja de Gaza.

Irán tiene responsabilidad directa por las capacidades de sus representantes en la región y, por tanto, también por el uso que hacen de esas capacidades.

Además, Irán promueve ataques contra Israel desde otros frentes: el Líbano y Siria al norte, utilizando a Hezbolá y otras organizaciones terroristas, y desde el sur utilizando a los hutíes, los representantes de Irán en Yemen. Esto se refleja en el lanzamiento de misiles, cohetes y granadas de mortero desde el norte y el lanzamiento de misiles y vehículos aéreos no tripulados hacia Israel desde el sur.

Israel no desea expandir los combates a otras regiones, pero está preparado para tales acontecimientos y tomará represalias feroz y enérgicamente. La ampliación del campo de lucha contra Israel se enfrentará a una respuesta particularmente dura.