Israel desarrolla programas de cooperación internacional que se extienden a ciento treinta países, que incluyen desde gigantes como China y Asia, hasta pequeñas islas —nación en el Océano Índico—. Desde el establecimiento de la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo de Israel (siglas en hebreo, ‘Mashav’) cerca de 300.000 personas han participado en los cursos de capacitación profesional organizados por el Centro en Israel y en el exterior.
El alcance e intensidad de los programas de cooperación internacional de Israel están fuera de toda proporción con el tamaño físico del país y sorprenden aún más si se toma en consideración su compleja situación política, económica y de seguridad.
Más aún: en la fecha de su establecimiento, hace más de sesenta años, Israel era, según todo criterio, un país subdesarrollado. Su población carecía de experiencia, especialmente en el área de la agricultura, que a la sazón se erigió en uno de los más innovadores y avanzados en el mundo. El clima semiárido y los suelos pobres constituían una dificultad adicional, pero al mismo tiempo un desafío que estimuló la búsqueda de soluciones originales y de métodos no convencionales.
El desarrollo industrial apenas daba sus primeros pasos, los servicios públicos eran precarios y el nivel de vida estaba bien por debajo de los países industrializados. A todo ello hay que agregar la frágil situación de la seguridad nacional y la incidencia de guerras y violencia casi permanentes.
Además, Israel desde sus primeros años de existencia, emprendió un programa de inmigración masiva, destinado a absorber a los supervivientes del Holocausto, a judíos perseguidos en sus países de origen —particularmente en los países del Medio Oriente y el Magreb— y a judíos del mundo entero que se sumaban al esfuerzo del restablecimiento de la soberanía judía en su tierra histórica.
En los primeros cinco años de su independencia, Israel duplicó su población inicial y los guarismos demográficos aumentaron aún más en las décadas de los años setenta y ochenta del siglo pasado, cuando centenas de miles de judíos de la Unión Soviética y sus satélites llegaron al país luego de décadas de opresión.
Aún en la actualidad, Israel es un país pequeño, con un territorio reducido, escasos recursos naturales y una población de siete millones de habitantes. Pero a diferencia de sus primeros años de existencia, ha alcanzado un nivel notable de desarrollo con industrias avanzadas, empresas de alta tecnología, agricultura que ostenta los niveles más altos de desarrollo, una renta per cápita de alrededor de 30.000 dólares y un nivel de vida igual al de los países de la Unión Europea.
Últimamente, en virtud de dichos niveles de desarrollo, Israel fue incorporado oficialmente a la Organización para la Economía y el Desarrollo (OECD), hecho que significa también un tributo a sus instituciones democráticas y su rica vida cultural.
Si bien Israel se enfrenta todavía a desafíos económicos, sociales y políticos y evidentemente ingentes problemas de seguridad nacional y amenazas externas y su trayectoria no está exenta de fallos y de fracasos sobre la marcha, el balance sin duda, es un balance de éxito.
El hecho de que el país haya comenzado sus actividades de cooperación internacional cuando apenas daba sus primeros pasos, es decir, durante la primera década de su existencia (1948-58) no es casual y deriva de tradiciones y de una vocación que tiene sus raíces en motivaciones ideológicas y pragmáticas al mismo tiempo: David Ben Gurion, primer Jefe de Gobierno de Israel y su padre fundador dijo:
(…) Los principios de asistencia mutua e igualdad deberían constituir la base de las relaciones internacionales entre los pueblos y deben asentarse en la solidaridad entre todos los hombres, derivada de la fraternidad y ayuda mutua en todos los ámbitos.
Ben Gurion entendió por cierto el valor de la cooperación internacional para el desarrollo como factor de promoción de la amistad y de las relaciones económicas entre Israel y los países del mundo, pero al mismo tiempo le movían consideraciones de carácter ideológico y conceptual que le inspiraban tanto en su visión de la sociedad israelí, como en su comprensión de la política internacional.
En su visión de la sociedad israelí y de sus aspiraciones, Ben Gurion enfatizaba el ideal del profeta Isaías de ser «Luz para las naciones» (cap. 39, v49, versículo 6), y en las propias palabras de Ben Gurion: «(…) La iniciativa pionera y creativa en el país, con su experiencia y ejemplo, será de beneficio para pueblos emergentes».
Conforme a esa aspiración de Ben Gurion, el Movimiento Laborista, al cual Ben Gurion pertenecía, engendró nuevas y originales estructuras sociales como el kibutz, granja colectiva, el moshav, asentamiento cooperativo y las empresas económicas cooperativas de la histadrut, la Central Obrera.
Todas ellas habrían de despertar interés y curiosidad en el mundo entero, especialmente en los países que, como Israel, atravesaban sus etapas de descolonización y de reconstrucción nacional y se constituyeron en centros de atracción para aprender, sobre la marcha, de sus logros y de sus errores.
Paradójicamente, considerando las minúsculas dimensiones de Israel, su economía todavía en etapa inicial de desarrollo y el hecho de no pertenecer a ninguno de los bloques internacionales, constituyeron un elemento adicional de atracción. A diferencia de otros países que ofrecían programas de cooperación internacional, a los cuales en ocasiones se les podían atribuir motivos ulteriores tales como dominio de la economía, acceso a sus riqueza naturales o influencia política, ninguno de esos motivos podían atribuirse a Israel.
Vocación ideológica, aproximación pragmática, experiencias acumuladas en diversos áreas de actividades económicas y sociales, además de la coincidencia en el tiempo del proceso de la transición de la etapa colonial al de la independencia nacional con la de decenas de países en Asia y África posteriormente a la Segunda Guerra Mundial, convergieron para la transformación de Israel en un país relevante e influyente en el campo de la Cooperación Internacional para el Desarrollo.
8.1 MASHAV (Agencia para la Cooperación al Desarrollo)
MASHAV, la Agencia Israelí de Cooperación para el Desarrollo adscrita al Ministerio de Asuntos Exteriores, fue fundada en 1957 siendo una de las más antiguas en el ámbito internacional. Su estructura organizacional, las áreas de actividad y su despliegue regional, se consolidaron especialmente bajo la inspiración de Golda Meir quien, como Ministra de Asuntos Exteriores, realizó visitas oficiales a numerosos países de África recientemente independizados, y, al regresar, consciente de las necesidades de los países en desarrollo y del potencial existente en el país, erigió la cooperación internacional como uno de los pilares de las relaciones exteriores de Israel.
La Declaración de Independencia de Israel promulgada en 1948 destaca ya en uno de sus párrafos, las intenciones del flamante Estado: «Extendemos nuestra mano a todos los Estados vecinos y a sus pueblos. Ofrecemos paz y buenas relaciones y apelamos a ellos para el establecimiento de puntos de cooperación y ayuda mutua con el pueblo judío establecido en su propia tierra. El Estado de Israel está dispuesto a hacer todo lo posible en un esfuerzo común para el progreso de Oriente Próximo».
Esta declaración de intenciones no pudo materializarse sino varias décadas más tarde con la firma de los acuerdos de paz con Egipto y con Jordania, los acuerdos interinos con la Autoridad Palestina y el proceso de normalización de relaciones con otros países del Medio Oriente.
En el ínterin y mientras los países vecinos continuaban con su política hostil hacia Israel, rechazando todo intento de acercamiento, Israel orientó sus esfuerzos diplomáticos —cooperación internacional incluida— hacia regiones más alejadas: África, Asia y América Latina.
Las actividades de MASHAV se basan en los siguientes principios:
· Concentración en áreas en las que Israel ostenta ventajas relativas y/o experiencias acumuladas y que tienen relevancia para los países emergentes. La lista es extensa e incluye aprovechamiento de recursos hídricos, e irrigación; agricultura en tierras áridas y lucha contra la desertificación; educación preescolar; desarrollo comunitario; salud pública, organización comunitaria en zonas de desastre y numerosas áreas adicionales.
· Consulta con los socios locales: las soluciones adecuadas para cierta región o cultura, pueden no serlo para otras. La participación sustancial y activa de organizaciones locales es vital para adaptar ideas a las necesidades.
· Énfasis en capacitación de personal: «instruir a los instructores» como medio para asegurar el desarrollo sostenible.
· Fe en la cooperación como medio para promover la paz con los vecinos: conducción de programas de desarrollo, independientes del clima político.
Áreas principales de cooperación
Durante los siglos de su dispersión en los países de la diáspora, los judíos fueron privados de ejercer propiedad sobre la tierra o de la posibilidad de trabajarla. Su experiencia agrícola era prácticamente nula. Esta aparente desventaja, resultó ser un incentivo no solo para tratar de formar nuevos agricultores, sino que explica en parte la facilidad y la intensidad con las que Israel introdujo y desarrolló nuevas técnicas de cultivo, de irrigación y de organización rural. Carentes de tradiciones acumuladas durante siglos y difíciles de modificar, los primeros pioneros de la tierra, adoptaron rápidamente sistemas originales en cuanto a organización rural, fundando el kibutz y el moshav, y en prácticas de cultivo, irrigación y administración de recursos hídricos. No fue, pues, casualidad el hecho de que el área de la agricultura fuera una de las primeras en atraer atención e interés en el mundo, transformándose en una de las áreas principales en los proyectos de cooperación internacional de Israel.
Las áreas de mayor demanda y difusión son:
· Lucha contra la desertificación. El desierto del Néguev constituye el 60% del territorio de Israel. La experiencia de Israel demuestra que las tierras áridas permiten aplicar proyectos integrales, que incluyen capacitación de personal, acuacultura, forestación, racionalización del uso del agua, investigación y desarrollo. Igualmente, administración de recursos hídricos, meteorología agrícola, investigación y desarrollo de prácticas poscosecha y biotecnología agrícola.
· Desarrollo comunitario y socioeconómico. En sus programas y filosofía, MASHAV se adhiere a los principios aceptados por la comunidad internacional, enunciados entre otros, en la Cumbre de Río de Janeiro y la Conferencia de Desarrollo Sostenible de Johanesburgo.
MASHAV comparte la experiencia israelí, además, en los rubros siguientes: Atención y apoyo a niños afectados por VIH/SIDA, desarrollo de habilidades empresariales entre jóvenes como medio para aliviar pobreza y desarrollo rural integral.
Desde su establecimiento, MASHAV se guía por la premisa de que las labores de desarrollo deben tener carácter orgánico. Es imposible concentrar esfuerzos en un campo, para la seguridad alimenticia por ejemplo, sin prestar atención a la asistencia médica, el desarrollo comunitario y la educación.
Por esta razón los programas de MASHAV incluyen: salud sexual y prevención de SIDA entre adolescentes, salud pública y organización en situaciones de emergencia y establecimiento de unidades para atención de la madre y el recién nacido.
El área de educación es de mayor prioridad en los programas de MASHAV. La composición heterogénea de la población de Israel, en cuanto a países de origen, diversidad étnica y variedad cultural, obligó a desarrollar esquemas originales de educación e instrucción pública. Esto explica que la especialidad de MASHAV sea, entre otras, la formación de docentes e inspectores de educación y la formación de maestros en áreas indígenas.
8.2 CINADCO (Centro para la Cooperación Internacional en Desarrollo Agrícola)
CINADCO, que opera desde el Ministerio de Agricultura de Israel, es el brazo ejecutor de los programas de cooperación de MASHAV en el área de agricultura. Sus actividades, que incluyen cursos en Israel, cursos «itinerantes» en ultramar, y misiones de expertos al exterior se realizan en Asia, África, Europa Oriental, Medio Oriente, América Latina y Oceanía. Los cursos y consultorías se imparten en inglés, castellano, francés, ruso, árabe y muchos otros idiomas locales.
Generalmente, CINADCO organiza entre 30 y 40 cursos en Israel para participantes de 50 países y alrededor de 40 cursos en el exterior, que abarcan más de 20 países y miles de participantes de todos los continentes. Su metodología incluye proyectos modelo de cultivo y adiestramiento agrícola. Tales proyectos funcionan, ente otros, en China, Sudáfrica, Etiopía, Filipinas, Vietnam y Uzbekistán.
8.3 Centro Golda Meir para capacitación internacional en el Monte Carmelo
El Centro fue el primer centro en el mundo dedicado específicamente al tema de la Mujer y el Desarrollo. Establecido en 1961, 14 años antes de la Declaración de las Naciones Unidas de la «Década del Desarrollo de la Promoción de la Mujer», adoptada en 1975 en México, adquirió rápidamente amplia reputación por su sustancial contribución al avance de las mujeres en África y Asia.
Sus actividades se extendieron a América Latina, Europa Oriental, el Caribe, Medio Oriente y Oceanía. Alrededor de 20.000 mujeres y hombres de decenas de países han participado en los cursos, talleres y simposios en la sede del Monte Carmelo y miles han acudido a las jornadas y especializaciones organizadas por el Centro en el exterior. En los últimos años, se organizan seminarios especiales con la participación de mujeres y jóvenes palestinos e israelíes, creando espacios de diálogo y forjando lazos para la educación para la paz.
El Centro está asociado con numerosos organismos e instituciones internacionales. Últimamente ha conducido proyectos en conjunto con el Banco Mundial y la Unesco dedicados a la mujer y la economía y a la mujer y su rol en la educación.
8.4 Centro Aharon Ofri para capacitación internacional
El Centro fue fundado en 1989 y su actividad está dedicada a la transferencia de conocimiento en el campo de la Educación. Sus programas de estudio dedican atención al tratamiento de procesos en el seno de poblaciones con necesidades especiales, tomando en cuenta políticas nacionales y la integración del núcleo familiar en el proceso. En él, se abordan temáticas tales como educación especial y técnicas de diagnóstico, tratamiento de víctimas de acontecimientos traumáticos, educación de estudiantes superdotados, tratamiento de juventud en altos márgenes de riesgo, integración de inmigrantes y educación para adultos.
8.5 Centros Weitz y Volcani
El Centro Weitz es una ONG dedicada a la capacitación, consultoría e investigación sobre desarrollo local y regional en Israel y en el extranjero. Sus cursos son de carácter interdisciplinario y en sus actividades han participado ya alrededor de 5.000 profesionales de países en desarrollo.
Por su parte, el Centro Volcani está consagrado a la investigación agrícola. Sus principales áreas de especialización son: agricultura en zonas áridas, irrigación utilizando aguas salinas, cultivo en ambientes protegidos, piscicultura en condiciones de escasez de agua, desarrollo de nuevas especies de granos y de animales de cría mejor adaptados a condiciones adversas. Sus innovaciones ya fueron adaptadas por decenas de países. A sus laboratorios, cursos y especializaciones individuales asisten profesionales de todo el mundo.
8.6 Agrupaciones «Shalom»
Mashav trata de mantener contacto asiduo con los miles de profesionales, becarios, estudiantes y funcionarios que participaron en sus actividades a través de una red de más de setenta clubs «Shalom» que los agrupa en el mundo entero. Sus miembros reciben actualizaciones sobre los diversos temas de su especialización, participan en actividades culturales y de capacitación y asesoran a Mashav, compartiendo sus experiencias en sus propios países.
Becarios de Mashav, diseminados en decenas de países han llegado a ocupar altos cargos políticos, gubernamentales y científicos y constituyen un nexo firme de relaciones recíprocas en todos los campos, entre las sociedades civiles de esos países e Israel.
Existe una relación directa entre las actividades de cooperación (granjas modelo, cursos itinerantes, misiones de consultoría) y la demanda de productos y tecnologías israelíes relevantes para los esfuerzos de desarrollo, tales como sistemas de riego, producción láctea, invernaderos, piscicultura, programas educativos, comunicaciones, etc. Los becarios se familiarizan con los avances de Israel en ciencia y tecnologías punta y tienden a conectarse con las empresas israelíes para la realización de proyectos basados en ordenadores y comunicación por Internet.
8.7 La dimensión política-estratégica de la cooperación
Israel considera que la cooperación internacional y la asistencia a otros países, compartiendo experiencias, posee un valor intrínseco y obedece tanto a una vocación arraigada en tradiciones culturales, como al deseo de proyectarse en el ámbito internacional exponiendo sus logros científicos, tecnológicos y sociales. La cooperación, de este modo, confiere un valor agregado a las relaciones internacionales de Israel.
En algunos casos, programas de cooperación precedieron al establecimiento de relaciones diplomáticas. En el caso de China, como ejemplo, una misión de cooperación científica y técnica fue inaugurada en Beijing mucho antes del establecimiento oficial de relaciones diplomáticas entre los dos países, anticipando los nexos políticos con programas sustanciales de cooperación en agricultura y entre establecimientos académicos de los dos países.
En otros casos, como en África, las relaciones de cooperación continuaron después de la Guerra de los Seis Días, cuando numerosos países del continente, cediendo a presiones internacionales, interrumpieron sus relaciones diplomáticas con Israel.
Luego de la firma de los Acuerdos de Oslo y la caída de la Unión Soviética, los lazos forjados gracias a la cooperación, que continuaron durante la ruptura, resultaron vitales para la reanudación de dichas relaciones.
La actividad de Mashav es un instrumento vital para el desarrollo, aunque gradual, de relaciones normales con los países árabes y la Autoridad Palestina. En la década de los años ochenta del siglo pasado, siguiendo la firma del Acuerdo de Paz con Egipto, se habilitó en ese país una granja modelo y un amplio programa de capacitación de agricultores en regiones de reciente desarrollo. Miles de becarios egipcios y palestinos participan anualmente en cursos en Israel. Programas similares se establecieron con Jordania después de la firma del acuerdo de Paz con ese país vecino. Cabe destacar que los distintos programas de cooperación, binacionales y regionales, continuaron también en épocas de tensión de seguridad y política en la región, por lo que la cooperación al desarrollo cobra una especial relevancia para el fomento de la comprensión y la amistad con toda el área geográfica de Oriente Medio.
Puede apreciarse, por tanto, que Israel es un ejemplo de país que afrontó con éxito los desafíos del desarrollo en un periodo breve, a pesar de las dificultades tanto internas como externas. Su incorporación a la OECD es testimonio, entre otros, del reconocimiento a su contribución, modesta pero cualitativa, y eficiente para la cooperación internacional. Las actividades de Mashav, en suma, registraron logros y también sufrieron fracasos, pero han despertado siempre admiración por su originalidad, su constancia y la sincera vocación por contribuir a un mundo mejor.