Palabras del Embajador Marco Sermoneta en la ceremonia de Independencia No. 68

Palabras del Embajador Marco Sermoneta

  •   Palabras del Embajador Marco Sermoneta en la ceremonia de Independencia del Estado de Israel No. 68
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    ​​Sra. Patti Londoño Jaramillo, Viceministra de Relaciones Exteriores de Colombia 
    Estimados Representantes del Gobierno Colombiano
    Respetados Senadores y Congresistas
    Estimados Representantes de la Alcaldía de Bogotá 
    Embajadores y miembros del cuerpo diplomático acreditado en Colombia
    Estimados representantes de la prensa
    Queridos amigos de la Comunidad Judía 
    Amigos de Israel en Colombia

    Señoras y señores,

    Gracias por estar aquí con nosotros, celebrando los 68 años de la independencia del Estado de Israel. Este es un día muy importante y especial para israelíes y judíos alrededor del mundo.

    Hoy conmemoramos el milagro de Israel: un milagro no solo porque hemos vuelto al lugar donde siempre estuvimos presentes y al cual se dirigían nuestras plegarias por miles de años de exilio, y no solo porque hemos podido enfrentar desafíos contra todo pronóstico. Israel es un milagro porque sigue innovando, desarrollando y lo más importante de todo, sigue contribuyendo al bienestar y a mejorar la vida cotidiana de toda la humanidad. 

    Todo esto lo hemos hecho de manera excepcional y a pesar de las desmedidas e incesantes amenazas militares, desafíos económicos y los enormes retos que derivan de la migración de millones de nuestros hermanos de todo el mundo.

    Hoy, 68 años después de nuestro renacimiento como nación independiente en nuestra tierra ancestral, tenemos relaciones diplomáticas con 159 países. Y dado que con la gran mayoría de los demás países también tenemos algún tipo de relación activa, queda no más de un puñado de naciones con las cuales no tenemos contacto alguno. 

    Delegaciones diplomáticas, comerciales, tecnológicas y de seguridad llegan de todas partes del mundo a Israel por dos razones principales. La primera es, en una palabra, la tecnología. El futuro pertenece a los que innovan. Israel es la nación de la innovación y está dispuesta a compartir sus contribuciones, sus habilidades, y algunas chispas de ingenio significativo con el resto de la humanidad: del tomate cherry a la lucha contra el Alzheimer, del teléfono celular a la producción de leche, de las tecnologías de agua a las energías alternativas.

    Hemos desarrollado universidades de primer nivel que han cultivado ganadores de Premios Nobel en economía y ciencias; creamos una economía vigorosa y creciente basada en la innovación de vanguardia y en la tecnología. Israel es una potencia tecnológica, la nación Start Up. Invenciones israelíes se extienden a lo largo y ancho del mundo y todas ellas se encuentran al alcance de la humanidad.

    La segunda razón por la cual todos vienen a Israel es porque reconocen que Israel puede contribuir de manera significativa para hacer en nuestra batalla común, la batalla de los países civilizados contra las fuerzas oscuras del radicalismo islámico, encabezado por Irán y el Estado islámico. Ellos buscan nuestra ayuda en la inteligencia, en la logística, nuestra experiencia en la lucha contra el terrorismo, y en el fortalecimiento de la seguridad, que en últimas es nuestra seguridad común.

    Y esto es lo que nos distingue de nuestros adversarios: nosotros construimos, desarrollamos, inventamos y ellos se enfocan en deshacer, destruir y difamar. Pero al mismo tiempo ellos también saben: más allá del carácter discriminatorio, cínico y antisemita de esos patéticos intentos, es imposible boicotear lo que forma parte y en muchos casos mejora la vida del día a día de miles de millones de personas en todo el mundo. Por eso mientras lanzan cohetes contra nuestras ciudades, incitan y alaban a asesinos cobardes de niños, mayores y mujeres, y tratan de discriminarnos en organismos internacionales, siguen enviando a sus familiares para sanarse en hospitales israelíes.

    Otras de las cosas que nos distingue es nuestra libertad, nuestro pluralismo, nuestros valores y principios. Como dijo el líder radical italiano Marco Pannella, que falleció hoy y que al cual quisiera rendir homenaje: “los enemigos de Israel no temen a las armas, sino a los ideales”. Israel sigue siendo la única – imperfecta, pero siempre la única – democracia en un mar de totalitarismo que en los últimos años se ha caracterizado con una ola sin precedente de violencia y desestabilización peligrosa para nosotros. Israel es un país que tiene sólidos principios democráticos, de derechos civiles y sociales y que permite incluso a rivales nacionales que luchan contra la sola idea de un estado judío tener representantes en el parlamento. 

    Queridos amigos,

    A lo largo de nuestra historia, hemos vivido momentos difíciles, pero gracias a la unión de nuestro pueblo hemos logrado superar todas las adversidades. Lamentablemente, existen en nuestra región quienes atentan continuamente contra la seguridad de nuestro país y de nuestros ciudadanos. 

    En el último año Israel ha enfrentado una terrible ola de ataques terroristas, en la cual han sido asesinados 31 civiles inocentes en ataques infames y cobardes, que han ocasionado mucho dolor, y ha dejado profundas cicatrices. Esta ola de terror ha afectado a toda la nación y no perdona a nadie: jóvenes y adultos mayores están en la mira todos los días.

    Las causas principales de esta ola de terror son claras: la incitación del liderazgo palestino, el odio antisemita y deshumanización de los judíos en los medios palestinos; y el rechazo de la comunidad internacional de responsabilizarlos por estos actos. 

    Para nosotros los israelíes no hay nada que más anhelemos que conseguir la paz con nuestros vecinos. Este ideal está consagrado en nuestro ADN, en la tradición judía, al igual que en nuestra “Magna Carta”, la Declaración de Independencia del Estado de Israel. A través de los años hemos hecho considerables esfuerzos y sacrificios para acercarnos a todos aquellos que desean vivir pacíficamente con nosotros y tratar de resolver nuestras diferencias a través del diálogo.

    En los últimos años hemos tomado medidas sin precedentes para promover la paz. Hasta el momento, no han sido respondidas. Pero quiero declarar inequívocamente: seguimos apoyando dos estados para dos pueblos - un estado palestino desmilitarizado que reconozca al estado judío. Ya es hora!

    Pero, ¿qué constituye el núcleo de este conflicto? La persistente negativa a reconocer un Estado judío en cualquier frontera. Y esta es la razón por la cual este conflicto precedió a la guerra de los Seis Días por casi 50 años. No creo que ningún tema sea tan complejo que no pueda ser resuelto. Todo lo que pedimos es el derecho a vivir en paz con nuestros vecinos en nuestra tierra ancestral, la tierra de Israel. 

    Señoras y señores,

    Actualmente, vivimos una época donde se ha hecho habitual deslegitimar a Israel, donde hay grupos y personajes radicales que buscan enlodar su nombre, poner en tela de juicio su existencia, exhortar a su destrucción. 

    Oculto tras la capa de debate político, el antisionismo es la espada demasiado familiar del antisemitismo tiempos pasados. El sionismo ha sido y sigue siendo un movimiento de liberación: no de opresión ni de colonización sino de liberación. Mucho tiempo antes de la Shoah se sintió la necesidad para esta liberación: la Shoah simplemente confirmó esta necesidad. Pero en estos días parece que si antes a los judíos se le decía “váyanse a su país”, ahora que hemos reestablecido nuestra independencia en nuestra patria nos dicen: “váyanse de su país”…

    Los horrores de la Shoah legaron una responsabilidad a las generaciones posteriores de garantizar que el pueblo judío nunca volvería a ser desamparado. Eso significa, en primer lugar, que nunca vamos a permitir que nadie nos haga esto de nuevo: nos hemos levantado de las cenizas de millones de víctimas y prometemos ser el escudo del pueblo judío y su tierra ancestral. 
    El antisemitismo y la persecución de los judíos no son una moda pasajera, o una que puede ser tomada a la ligera. Es una enfermedad crónica difícil que penetra profundamente en el corazón y la historia de las naciones. Este nuevo viento antisemita sopla hoy en las voces que se pueden escuchar en el corazón de una Europa diferente - desde la izquierda británica y la extrema derecha en Europa del Este y en Europa en conjunto - y en áreas a través del mundo árabe. 

    En Colombia también hemos visto en los últimos meses unos casos preocupantes de expresiones de antisemitismo, incluso por personajes públicos y ex funcionarios del estado. Esos casos, más allá de las retractaciones, deben servir para buscar garantizar un abjuro de esos puntos de vista, un retiro de estas declaraciones, y más importante, una oportunidad para que aquellos que expresaron estas opiniones objetables se reeduquen a ellos mismos y a las personas que conocen.

    Es responsabilidad de todos los gobiernos luchar contra el antisemitismo en todas sus formas y con todos los medios a disposición. El cumplimiento de esa responsabilidad urge ante el alarmante incremento en el mundo de actos de antisemitismo, negación del Holocausto, incitación, acoso o violencia contra personas o comunidades judías.

    Es verdad que no toda crítica a Israel es antisemitismo, pero, de hecho, la mayor parte de lo que sucede con la llamada crítica a Israel alimenta a diario la creciente demonización del estado judío, que a su vez desemboca en alguna forma de aversión, hostilidad e incluso odio a los judíos. Como dijo hace unos meses el Papa Francisco: "atacar judíos es antisemitismo, pero un ataque deliberado contra Israel es también antisemitismo." Es a través de sus palabras que reafirmamos fuertemente que el antisionismo es la forma más moderna de antisemitismo. 

    Permítanme ahora referirme a dos de los mayores peligros que enfrenta la región y el mundo: Irán y el Estado Islámico. 

    Irán, que está tratando de abrir un nuevo frente contra Israel en los Altos del Golán; que está enviando a Hezbolá misiles modernos y otras armas para que ataquen a Israel desde territorio libanés; Irán que apoya a Hamás en Gaza y organiza células terroristas en Jordania. Irán, que casi todos los años desfila en Teherán misiles que llevan las palabras, "Israel debe ser borrado del mapa". 

    Hay muchos que optan pasar por alto las intenciones de Irán. Incluso algunos están dispuestos a aceptar que Irán tenga armas nucleares. Israel no lo acepta y nunca lo aceptará: hemos aprendido de nuestra historia y no ignoramos aquellos que llaman a nuestra destrucción y tampoco nos desalentamos por ellos. 

    Ningún otro país aceptaría que sus ciudadanos sean puestos bajo constante amenaza. Cualquiera que esté planeando nuestra aniquilación debe saber que el Estado de Israel tiene capacidades de defensa, de ofensiva y disuasión y está comprometido con la protección de su territorio y la seguridad de sus ciudadanos.  

    Por otro lado tenemos en el Estado Islámico un enemigo común y mundial, que ha causado muerte, opresión y exilio para millones de personas en el Medio Oriente, y que amenaza hoy en día a todos: a Israel, a sus vecinos, al mundo musulmán y al occidente. 

    Por eso debemos buscar alianzas regionales e internacionales para derrotar al Estado Islámico. El mundo libre debe interiorizar la gravedad del peligro y responder con determinación proporcional a la gravedad de esta amenaza. Israel está físicamente en la primera línea del occidente contra el Estado Islámico, pero tanto Israel como Jordania y Egipto están amenazados por este en la misma medida. La organización ya está en los Altos del Golán y en el Sinaí. Pero, sin Israel, no se podría impedir su expansión. 

    Es por esto que debemos reforzar nuestras fronteras y al mismo tiempo la cooperación de seguridad con Egipto y con Jordania. Sin Israel, la zona occidental de Oriente Próximo perdería estabilidad y podría derrumbarse. Las consecuencias del colapso se sentirían inmediatamente en toda Europa. No es exagerado decir que Israel se defiende a sí mismo, pero al mismo tiempo está defendiendo a Europa.

    Queridos amigos,

    Israel ha encontrado en Colombia uno de sus mejores aliados del continente y nuestra intención es trabajar en conjunto en pro de un futuro mejor para ambas naciones.

    Colombia es nuestro segundo socio económico en América Latina. Con inversiones de 29 millones de dólares en los últimos 10 años, Israel es el principal inversionista de Oriente Medio en Colombia. Nos encontramos a un paso de concretar el Tratado de Libre Comercio entre los dos países, y estamos confiados que pronto este acuerdo entre en vigor para que más empresas israelíes lleguen al país y más productos colombianos se puedan comercializar en Israel. Además, este acuerdo podrá jugar un papel importante en el crecimiento de las actividades de innovación y el fortalecimiento del sector agrícola, considerados fundamentales para el incremento de la productividad y el aumento del PIB per cápita colombiano. 

    Como prueba de la cooperación existente entre los dos países, este año firmamos un acuerdo de cooperación bilateral en investigación y desarrollo industrial, el cual permite desarrollar y fortalecer la cooperación económica, tecnológica y comercial entre Colombia e Israel. Además estamos trabajando en la conclusión de acuerdos de cooperación cultural y académica; de cooperación científica; de aviación civil; de turismo y también un protocolo financiero. 

    En todos estos proyectos confiamos que una estrecha cooperación con la comunidad judía de Colombia – que ha aportado de manera considerable al desarrollo de este hermoso país - es fundamental, igual como seguir trabajando en los esfuerzos de informar, educar y luchar contra los que buscan denigrar, deslegitimar estigmatizar a Israel.

    Gracias por su amistad con el Estado de Israel, gracias por su apoyo a la embajada y a todo nuestro equipo en avanzar las relaciones bilaterales, y gracias por acompañarnos esta noche.

    Ahora, los invito a que levantemos las copas y brindemos todos por los 68 años de la independencia del Estado de Israel. Salud, “Lejaim”!!