A pocos días de cumplirse 25 años del
atentado perpetrado el 17 de marzo de 1992 contra la embajada de Israel
en Buenos Aires, Israel rindió homenaje a las 29 víctimas del mismo, en un
emotivo acto llevado a cabo en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores
en Jerusalén, y con la participación del primer ministro y ministro de
Relaciones Exteriores, Benjamín Netanyahu, la Viceministra de Relaciones
Exteriores, Tzipi Hotovely, el director general de la Cancillería, Yuval Rotem,
el Gran Rabino Sefaradí de Israel, Harishon LeTzion, Rabino Itzjak Yosef y un
nutrido grupo de familiares de las víctimas.
Tras el sentido minuto de silencio
seguido por el encendido de la vela recordatoria y el recitado de las plegarias
de “El Male Rajamim” y el “Kadish”, el primer ministro Netanyahu abrió la
nómina de oradores haciendo referencia a Irán como responsable de este
atentado, recordando a los miembros del servicio diplomático israelí caídos en
Buenos Aires, “integrantes de la gran familia del Ministerio de Relaciones
Exteriores” y destacó la tarea de “los soldados con traje y corbata que están
en todo el mundo en el frente de batalla diplomático y poniendo en riesgo sus
vidas”.
En otro tramo de su discurso, el primer
ministro Netanyahu manifestó que “Irán es el mayor promotor de terrorismo a
nivel mundial” y además señaló que “en el marco de mis conversaciones con el
presidente de Argentina, Mauricio Macri, percibo que él comprende perfectamente
la situación, a raíz de ello.”
Haciendo referencia a las relaciones
entre Argentina e Israel, Netanyahu expresó “tengo la expectativa de reunirme
próximamente con el presidente argentino, a fin de estrechar aún más nuestro
vínculo en diversas áreas, y también en el fortalecimiento de la seguridad y en
la lucha antiterrorista”.
Ariel Carmon, hijo de Eliora Carmon Z”l,
en nombre de los familiares de las víctimas señaló que más allá del trauma que
queda como una impronta en cada uno de los familiares de las víctimas, él
particularmente se sintió conmovido en el momento de la llegada del féretro con
el cuerpo de su madre a Israel y agregó que la lucha contra la mentira y la
hipocresía de los enemigos de Israel continúa vigente.
A su turno, Elyakim Rubinstein,
Vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de Israel, trazó un somero
panorama acerca del aspecto jurídico-legal internacional en la lucha contra el
terrorismo y advirtió que es hora que el mundo entienda que “el terrorismo no
es producto del deseo de libertad de un pueblo” y que desde la perspectiva
legal, “el sistema jurídico internacional tropieza con los nuevos desafíos del
terrorismo” por lo cual “debería lograrse un equilibrio entre las libertades
del individuo y las necesidades de la sociedad” a fin de que “los protegidos no
sean los terroristas sino los ciudadanos del mundo”.
Sobre el final de este solemne acto, el
Gran Rabino sefaradí, Harishon LeTzion, Rabino Itzjak Yosef recitó un capítulo
del libro Salmos del Rey David y evocó a los diplomáticos caídos en el atentado
y destacó “la tarea sagrada que ellos desarrollaron como representantes del
Estado de Israel.”
Y justamente, el primer ministro
Netanyahu aludió a lo realizado por los diplomáticos israelíes sobrevivientes
del atentado, quienes colocaron una bandera de Israel sobre el montículo de
escombros acumulados como consecuencia de la explosión, y concluyó diciendo:
“esa bandera de Israel flameando sobre los escombros es el símbolo de que el
terrorismo nunca nos doblegará”
En el cierre del acto, todos los
presentes entonaron el himno nacional de Israel “Hatikva” (la esperanza)
reiterando el anhelo y sueño milenario hecho realidad: “Ser un pueblo libre en
nuestra tierra, la tierra de Sión, Jerusalén”, mientras desde la pantalla se
repetían las imágenes y los rostros de todos los caídos en el atentado.
Iehi Zijram Baruj - Bendita sea la Memoria de todas las
víctimas