¿Cómo podría resumir estos últimos cinco años como Portavoz, en un país que se convirtió en mi casa, pese a que muchas veces me ha forzado a defender mi hogar?
¿Qué puedo decir de España, que me ha enseñado a comer y, sobre todo, a beber? Un país en el que he encontrado unas playas mágicas y fantásticas montañas, gente simpática y ayuntamientos… hostiles, una prensa dura y, sin embargo, tan buenos amigos en los medios de comunicación.
En mi papel de portavoz he tratado de mostrar todas las facetas positivas de Israel y también de dar respuesta a las difíciles preguntas que se plantean cuando se habla de la situación de otro país. He dedicado todos mis esfuerzos a ampliar el círculo de los amigos de Israel y de crear un ambiente en el que aquellas personas, a priori críticas, estuviesen abiertos a escuchar.
Mi tarea ha consistido en llegar a los públicos más variados y en presentarles un “producto” que no siempre es fácil vender.
España, en este sentido, ha sido un lugar desafiante y, al mismo tiempo también sumamente diverso. Mientras, por una parte, vemos muchas actividades anti-israelíes en ayuntamientos y comunidades cercanas y lejanas, promovidas por personas que ni conocen ni tienen interés en conocer la complejidad de la realidad y, a veces, en los medios de comunicación vemos una línea claramente anti-israelí que no tiene en cuenta los hechos, por otra, desde que llegué a este país me he encontrado con un público español enorme, acogedor y tremendamente interesado en conocer tanto al pueblo judío, nuestra historia común y su presente como a Israel. Y ellos son, sin duda, la mayoría de los españoles.
Para resumir, he hecho una lista con los logros y fracasos de estos años de trabajo:
¿Qué no conseguí?
- no conseguí hablar español correctamente (que Dios me ayude con los subjuntivos).
- no conseguí cambiar la imagen de Israel en España (mi marido dice que eso es casi como decir que no conseguí solucionar el calentamiento global).
- no conseguí trasladar la Embajada de España a Jerusalén, nuestra capital.
- no conseguí visitar Gibraltar.
Ahora bien, ¿Qué conseguí?
- conseguí mejorar la imagen de Israel, dar a conocer a Israel como Start Up Nation, en relación con la alta tecnología y la innovación, sus desfiles del Orgullo, su gastronomía de la mano de chefs israelíes, etc.
- conseguí llevar a cabo proyectos importantes en cooperación con mis colegas y con instituciones y asociaciones españolas pero, sobre todo, con mi equipo del departamento. Así llegaron a Israel delegaciones de rectores, jueces, periodistas y consejeros de educación españoles y realizamos seminarios como el de la lucha contra el antisemitismo en España y el de los 30 años de relaciones España-Israel o la inauguración de nuevas asociaciones de amistad con Israel, etc.
- conseguí correr la media maratón en el Rock and Roll Madrid.
- conseguí hacer muy buenos amigos.
Por todo esto, y por mucho más, quiero daros a todos vosotros, lectores, las gracias y… el año que viene en Jerusalén o… en Menorca.
Hamutal Rogel
Portavoz de la Embajada de Israel