Israel tiene las mejores condiciones: kilómetros de maravillosas playas y un
magnífico clima durante todo el año donde a la gente le encanta divertirse.
Razones suficientes como para que se haya convertido en el pasatiempo
nacional, al punto de convertirse en un icono de Israel.
La forma de la raqueta es una pala de madera en redondo con un “cuello
de botella” en forma de asa. La primera zona proporciona una sensación de
desnudez y vulnerabilidad. Fuerzas adsorbidas sobre el centro y al mismo
tiempo divorciadas de sí mismas.
Durante el proceso creativo los artistas estuvieron desarrollando un diálogo
con el material y la idea, el pasado y el futuro, el “aquí” y el “allá”, y sobre
todo con el presente, con el principio del “ahora”. Los artistas se sumergieron
en un proceso de angustiada creatividad tratando de trazar un puente entre
el juego en sí mismo, y lo que podría simbolizar la dualidad de la entrega y
la aceptación…
Nosotros, los espectadores, tenemos el privilegio de unirnos a cada artista
en su peculiar viaje.
Algunos de los artistas hicieron mayor énfasis en el material - las desmontaron,
las volvieron a montar, les añadieron cosas hasta crear un
nuevo mundo... Otros, en cambio, pusieron mayor hincapié en la idea de lo
que querían comunicar, desde la naturaleza a la política, desde la calma
previa de una tormenta hasta la dolorosa caída. Algunos artistas ampliaron
su horizonte hacia el interior de otros mundos y países, incluyendo la
oscuridad que todo hombre conlleva, sus miedos y pasiones.
“Tú nieve y mí lluvia, tú garganta y mi río, están destinados a unirse en las
orillas de la playa israelí” (poema de Ehud Manor). Este poema habla de la
unidad de Israel fundamentada por sus diferentes culturas, nacionalidades,
religiones, color y género que desaparecen cuando adoptamos una visión
artística. El arte atraviesa todo, salta cualquier obstáculo y está libre por
completo de cualquier definición y frontera.
Los artistas se han unido en un maravilloso esfuerzo alrededor de una
sola idea y se dieron cuenta, como siempre, que la suma es mayor que las
partes.
Anat Arieli